sábado, 2 de febrero de 2013

El curandero y la noche

"La vida", dijo Don Román, maestro esotérico de la ciencia divina, "la vivimos para conocer qué es la muerte. Es lo único que sabemos todos. Un niño de hasta cinco años no sabe nada de la vida, pero puede conocer la muerte."
La noche estaba tranquila. El río había crecido y las ranas estaban más cerca de la casa. Se hacían escuchar.
Don Román fumaba su cigarro de tabaco puro. Una vela le iluminaba la mitad de la cara. Sobre la mesa una cruz de madera, esencias para trabajos de amor y una botella de vidrio con medio litro de ayahuasca.

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