martes, 29 de enero de 2013

Personajes

Nenes que se golpean la cabeza. Franceses que se inyectan ketamina. Mineros chilenos que leen Condorito. Lustrabotas que se tapan la cara porque les da vergüenza. Argentinos vendiendo droga en Copacabana. Cholas con llamas que transportan chizitos. Malabaristas porteños en semáforos cusqueños. Abuelas haciendo sandboard.

viernes, 25 de enero de 2013

Qué hicimos en Lima

Nos instalamos en el hostel Friend's Home en Miraflores y nos preparamos para el Amazonas.
En el trayecto en bus de Ica para Lima nos robaron la carpa. La sacaron de los estantes de arriba de nuestros asientos. Buscamos una casa de camping y compramos una nueva.
También fuimos al supermercado porque nos contaron que Iquitos es más caro porque las cosas las tienen que llevar en barco. Llevamos atún, sopas y salsas Maggi, galletitas y comidas enlatadas.
Pasamos por la farmacia a comprar Paracetamol y antidiarreico. Leímos que es común tener diarrea por el efecto que causa el reflejo del sol en el río.
Sobre todas las cosas compramos los pasajes para Iquitos. En el hostel se está quedando un chico de allá que fue muchos años guía turístico en la selva así que nos aconsejó. Para ir por tierra son treinta horas en bus y después tres días en bote. Hicimos el cálculo y sale lo mismo que ir en avión. Queremos navegar, ¡pero desde Iquitos! Así que hoy partimos a las 17.30 por Peruvian Airlines.
Dejamos unas fotos de nuestra corta estadía en Lima. Bah, en Miraflores.
Ah, también comimos mucho yogurt helado.











miércoles, 23 de enero de 2013

Postales de Huacachina

1. Pisco sour
2. Aprovechando una guía perdida de Perú
3. Perdiendo piel por todos lados
4. Cusqueña fría por la noche







¿Por qué se secó la laguna de Huacachina?

Hay dos teorías. Según el señor que alquila tablas para hacer sandboard el sudor y la grasa de toda la gente que venía a bañarse taparon el agujero por el que entraba el agua. Según el chico que nos llevó en buggy por las dunas hicieron muchos pozos en Ica y las 16 lagunas que había en este desierto se secaron.
Felices de haber descansado al sol por cuatro días partimos a Lima a prepararnos para el Amazonas. Se escuchan recomendaciones.

viernes, 18 de enero de 2013

martes, 15 de enero de 2013

Las delicias de nuestro viaje

1. Quinoa en el salar de Uyuni
2. Arroz picante cocinado por Javi en la plaza de Uyuni
3. Pollo dorado con arroz, ensalada y papa en el mercado Lanza de La Paz
4. Licuado de fruta desconocida pero exótica en el puestito de Ximena del mismo mercado
5. Pancho/completo con repollo, salsa picante, mayonesa, ketchup y papas fritas en La Paz
6. Trucha con papas fritas, arroz y ensalada en un puestito frente al Lago Titicaca
7. Banana con manjar en nuestro hotel de Copacabana

lunes, 14 de enero de 2013

¡Estamos vivos!

Estamos vivos y en breve publicaremos fotos de nuestras experiencias. Sólo comentaremos lo siguiente:
  • Viajamos 23 horas de Santiago a Calama y disfrutamos del paisaje. Es verdad que en Chile el mar y la montaña están pegaditos.
  • En Calama nos rodeamos de mineros y de pilotos del rally dakar y Javi cocinó fideos en nuestra habitación.
  • Viajamos siete horas de Calama a Uyuni (Bolivia). Otros paisajes hermosos que Pau no pudo disfrutar por estar bajo los efectos somníferos del dramamine. En la aduana boliviana estaba lleno de chinos que se tapaban toda la cara.
  • En Uyuni Pau se apunó y vomitó al ver los fideos que Javi cocinó (en la habitación). Por suerte unos tucumanos nos facilitaron unas pastillitas para el apunamiento. Javi fue un genio y le cocinó a Pau arroz y Pau lo vomitó pero Javi es un genio y que hace todo bien.
  • Fuimos al Salar y nos voló la cabeza. Nos sacamos fotos espejo, comimos quinoa en un hotel todo hecho de sal y viajamos en el techo de una 4x4.
  • Pau aprendió a hacer macramé de un artesano de Luján y de una señora de Potosí. Javi le demostró a todos los argentinos de la plaza de Uyuni que es el más capo haciendo malabares.
  • Viajamos por la noche de Uyuni a La Paz y en el medio nos tuvimos que bajar porque había mucho barro y el micro tenía que desviarse. La gente de la zona estaba con palas sacando la tierra y gritaban "¡Tranquilos! ¡Tranquilos". Después de eso dormimos medio mal.
  • Llegamos a La Paz y parece que nos vamos mañana. En breve las fotos...

sábado, 5 de enero de 2013

Ilustrando nuestra situación actual

1. El miércoles partimos hacia Calama
2. ¿Dónde metemos todo esto?
3. Pau se compró lentes de sol nuevos porque se olvidó los suyos.
4. Javi está haciendo el bolso hace cinco días y todavía no terminó de guardar su ropa







jueves, 3 de enero de 2013

25 horas y media en micro


Llegué a Chile en micro porque comprar sólo pasaje de ida en avión es muy caro. Me recomendaron la empresa Cata, que ofrecía un viaje de 19 horas (casi todas por la noche) a 555 pesos, así que me la jugué. 
Mis viejos me llevaron a Retiro a las cuatro de la tarde, una hora antes de la partida. En el control me dijeron que tenía máximo treinta minutos para pasar así que me despedí de mis papás y pasé mi mochila (ENORME) por el scaner. Me senté en el piso de las plataformas internacionales con el resto de los viajeros. Estuvo buenísimo porque se hicieron las cinco y ni noticias del micro de Cata. Mis papás seguían firmes junto al pueblo del otro lado del vidrio así que me fueron a averiguar: resulta que hace diez días el horario cambió a las seis de la tarde. "Gracias por no avisar" dijimos todos los pasajeros que habíamos comprado los pasajes con más de diez días de anticipación.
El micro llegó "puntual". La verdad es que está bastante bueno: por cincuenta pesos extra uno se puede acostar con una almohada y una mantita súper lindaa que me imagino que no lavarán nunca y por cada asiento hay una tele.
Emprendimos el viaje. Paramos en Liniers y San Miguel a levantar gente y en eso se nos fueron una hora y media. A las ocho ya nos estaban sirviendo la cena. Yo la rechacé porque días antes de partir estuve con gastroenteritis. Bárbaro. Así que en todo el viaje disfruté de unas sabrosas galletitas Traviata acompañadas por manzana dulce sin cáscara porque "hace mal" según mi mamá.
Fin de la cena y nos apagaron las luces así que nada de Sudoku, crucigramas o libros de Paul Auster, como me hubiese gustado a mí. Pero las pantallitas se prendieron y empezó una peli de Nicolas Cage, "Stolen". De acción, robos, villanos sin pies, Nueva Orleáns en Mardi Gras... La disfruté de principio a fin y después me dormí.
A las cuatro de la mañana me desperté en San Luis, nuestra última parada. La estación de micros es súper moderna, parece Barajas. No pude probar el Wifi de la provincia, pero me quedé con las ganas.
A la mañana todo bien hasta que a las diez paramos en un estacionamiento de unas oficinas de la Afip. Habíamos pasado Mendoza y el lugar estaba lleno de micros, autos y combis. "Hubo un accidente del lado chileno y el cruce va a estar cerrado por varias horas. No se desesperen y salgan a fumar" dijo el asistente del viaje por el altoparlante. 
Parece que el accidente sí fue grave: entre un micro y un camión o algo así y con muertos. Los pasajeros le avisamos a nuestros SERES QUERIDOS que estábamos vivos para que no se preocuparan. Dos horas y media más tarde avanzamos hacia la aduana chilena. A todo esto las diecinueve horas de viaje ya estaban sobrepasadas. Javi me llamó desde Santiago: "Vas a llegar muy tarde".
"Bienvenidos a Chile"
Una hora y media para tramitar el cruce, dejar que unos perritos hermosos nos olieran las bolsas de mano y pasar todo por rayos X. Me hicieron abrir los tampones para ver si tenía algo adentro. "No se preocupe señor" le dije al oficial "son apósitos femeninos".
Finalmente a bordo del micro encaramos el cruce. Muy bonito: puras sierras y curvas. Suerte que en San Luis me mandé un dramamine.
Pasaron muchas pelis. Todas eran de acción salvo la nueva versión de "Los tres chiflados", que es pésima. "Man on the edge" con el pibe de Avatar, "Fire with Fire" con el marido de Fergie, la remake de "El vengador del futuro" y otras que si no hubiese sido por este viaje nunca hubiese visto. 
Todas estas obras maestras del séptimo arte para ocultar el hecho de que nadie sabía a qué hora íbamos a llegar. 
Paramos en un par de lugares porque la ruta estaba en construcción y el micro tuvo que ir a campo a traviesa en el lugar del accidente: por el piso había asientos y sobre el asfalto el camión chocado parecía un acordeón.
A las siete llegamos a Santiago y media hora más tarde a la estación. POR FIN.