lunes, 8 de abril de 2013

Mi abuela

El 5 de abril viajamos de Guayaquil a Baños. Un camino jodido: lleno de curvas y en altura. A pesar de haberme tomado un dramamine me sentía para el culo.
A las tres horas de habernos subido al bus (faltaban cinco) me llamó mi mamá y me contó que mi abuela se había muerto.
La Cuti había tenido un accidente cerebro-vascular hace diez años y nunca se había recuperado del todo. En el 2011 (mientras yo mochileaba por Europa) tuvo otro y pasó el último año y medio en un geriátrico, sin poder comer, moverse o hablar. Requería la misma atención que un bebé y cada día parecía más deteriorada. Fue una situación horrible y la noticia de su muerte me dejó muy triste pero también me generó mucha paz. Ahora ello está mejor. De eso estoy segura.
Creo que lo mejor que puedo hacer por ella es recordarla en sus mejores momentos. Así que a continuación, una lista de recuerdos hermosos.
  • Los miércoles en los que siempre me cocinaba ñoquis.
  • El miedo a los sapos.
  • El amor que le tenía a sus mascotas, por más feas que fueran.
  • Cuando se disfrazaba de Papá Noel en el Sanatorio.
  • Mi abuela como mamá: las anécdotas de la infancia de mi viejo (cuando le soltó el halcón porque se había comido su canario, por ejemplo. Ella siempre lo negaba igual).
Los viajes no son perfectos. Eso se aprende en la marcha. Hay días hermosos y otros tristes. Quiero pensar que el final de este viaje es un poco de las dos.

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